sábado, 18 de febrero de 2012

Carta de Uria



Entre los sueños más recónditos de mi alma
halle tu corazón que como una frágil copa de cristal resplandecía,
al mirar tan majestuosa belleza de su figura,
perfecta, sentí un poco de lastima por mí.

Me acerque un poco más para divisar el rostro de aquella persona
de tan maravilloso corazón, era pálida
como la nieve que yacía en sobre la ventana.

Sus ojos eran como la noche llena de estrellas
invitándome a amar y hacer lo prohibido,
sus labios encarnados de sensualidad y rojos como el fuego,
pasión que ardía en mi interior.

Entre los sueños más recónditos de mi alma
me halle en tus brazos,
en un mar de sabanas blancas ardía la pasión
y vi caer del cielo una estrella fugaz hacia la tierra.

Mi ser entero se desmoronaba al ver tu hermosa expresión de amor
y tome un pequeño trozo de mi corazón para entregarlo al tuyo,
tan perfecto, y en vez de recibir uno a cambio
quedo un hueco enorme que sangraba de nuevo.

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