Y en el breve susurro de la noche
escuche tu nombre al unisono de mi voz,
jamás esperé volver a amarte
pues creí haberte olvidado en sus brazos.
Hoy en esta madrugada de recuerdos,
hoy en estas lagrimas de ríos,
hoy en el hueco de mi hondo corazón,
hoy en el sueño del mañana.
Un mañana en tus brazos de pasión
que desatan el amor escondido de un ángel,
dulces memorias del olvido recorren mi cuerpo
con la forma de tus labios.
Y ansiosa una vez más de tenerte,
de amarte locamente entre sabanas blancas
dejando que la humeda caricia de tu mano
de fundan con el mar de mi cuerpo desbocado.
Hoy una vez más como ayer
quiero resibirte en mi cama,
en mi alma para después verte partir...
Mañana.
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