Mi ángel negro,
ángel llamado Noa;
aún no te haz ido y ya te extraño.
Todavía no llega la despedida
y no sé si aparezca, tal vez...
solamente sea un sueño
y no volveré a verte de nuevo.
El recuerdo de tus besos
y las memorias pasionales de los dos,
serán mi penitencia, mi cruz.
Mientras que el olvido,
llega en forma de lágrimas;
como fuego ardiente,
tu nombre esta grabado en mi mente.
Noa, dime ferviente:
¿Qué es lo que sientes?